Avanzaba hacia mi casa despacio. Caminando, como la mayoría de las veces, con las manos en los bolsillos y los auriculares luchando por escapar, ayudados por los botones de la cazadora vaquera... y pensaba en esa cazadora. No sé cuántos años llevo con ella, ni idea; ni el orden que ocupa en mi lista de cazadoras vaqueras. Nunca fui muy original para el atuendo, preferí lo cómodo a lo que marcaban en las tiendas como "moda".
Se me ha ocurrido adherir imágenes a esas cazadoras mías, recuerdos que no existirían los unos sin la otra... y me ha llegado aquella humedad de las calles cuando la lluvia se daba una tregua y dejaba respirar el aire mojado. El caminar, pateando hojas caídas..., la neblina del puesto de castañas, de cuando el otoño era otoño, el humo de los coches, los cristales llenos de mares de gotas, el atasco de cada día...
Muchas caras, muchas risas, muchos miedos vivieron en esas cazadoras. Muchos sueños, mucha música (momento en el que aprovecho para buscar en Spotify, canciones de Amaral... porque Amaral me suena a cazadora vaquera). Esas cazadoras eran tiempos de cambios, cartas que se jugarían una sola vez en la vida, trenes de paso, mucha vida por vivir, aún.
Voy subiendo por Las Chapas y suena "Mi alma perdida" (Dame una Corona más, que esta noche yo quiere perder la conciencia que me hace temblar cada vez que te veo... venir...).
Qué canción tan bonita...- es lo único que se me ocurre pensar.
Esta noche huele a otoño. Sin frío, pero con nubes negras, locas por reventar el cielo en pedazos, como un niño ofuscado que no consigue acabar el puzle y lo aprieta a conciencia... para que todo estalle. El color de la ropa se va oscureciendo, como la tarde y los cartones mojados de los que viven mojados, no van a aguantar una cabezada más, y piden el cambio.
Estoy llegando a casa, y Eva sigue adornando, con su voz a medio romper, cada acorde de la guitarra de Juan. No pienso entrar en mi casa sin antes ponerme otra vez esta canción... y luego la cuelgo en el blog. Spotify me regala un bonus track personal y Amaral resuena en mi cabeza, junto a los películas que se abrigaron con mis cazadoras, desde que tenía 13 años...!!!!
Salud para tod@s