Retomando el plan de hoy de Bubo…
El Málaga jugaba Champions por primera vez (menos risas…) y allí estaba yo, como cada partido, más malaguista que el escudo, dispuesto a soltar lagrimitas de felicidad con cada éxito. Y los partidos fueron llegando y superándose, y al finalizar, camino del aparcamiento para recoger la moto, siempre pensaba, “soy malaguista porque mi padre me lo inculcó. Estos días de ensueño son también mérito suyo”. Mi padre fue de los primeros de la Rosaleda, socio de los buenos, junto a mi tío Rafael, que quería llegar al campo una hora antes “para ver el ambiente”. Hasta eso hemos heredado mis primos y yo, la copita en el chiringuito una hora antes del partido.
Pero mi padre se fue alejando del fútbol, demasiados disgustos y abonos muy caros para un padre de familia, y prefería vivir “la Gloria” desde la lejanía. Siempre que le ofrecía mi abono tenía una excusa para no ir (estoy cansado, es muy tarde, no me apetece, seguro que hace mucho frío,…) pero yo le debía algo, algo que pudiera demostrar mi agradecimiento por haberme hecho del club que, en aquellos días, enamoraba a Europa.
Así que llegó el día del Málaga – Milán. Tres horas antes del partido me planté en su casa, con el abono y una bufanda y le dije: “Ya tardas en vestirte, que te dejo mi abono para ir al Milán”
- ¿Y tú no vas a ir?
- No puedo, tengo visita (mentira cochina), así que aprovecha y vete tú.
Yo esperaba su respuesta; “es muy tarde… hace frío… yo no tengo ganas…”, la de siempre, pero se volvió hacia mi madre y le dijo: “Bueno Mari, me voy a vestir y así llego con tiempo”
Me quedé a cuadros, no tardó ni un minuto en convencerse. Y fue, y disfrutó como un niño y vio a su equipo, al que apoyaba desde que el campo tenía una grada de 11 filas y a él no le había salido la pelusilla del bigote aún. Con el que subió a primera y bajó a segunda un montón de veces, con el que conoció los futbolistas más importantes de la liga. Su pasión, el fútbol, la pasión de muchos padres que descansaban un rato a la semana para ver el Estudio Estadio y escuchar el Carrusel en el transistor.
No podré decir “yo ví al Milán en la Rosaleda”, porque fue él quien lo vio por mi. Creo que ese ha sido el mejor regalo que le podía hacer.
Feliz día del Padre.
Ese no ha sido el mejor regalo que le podías hacer.
ResponderEliminarEl mejor regalo has sido tú y tus hermanos por ser como sois.
Cuando apareció por el chiringuito, nos emocionamos y nos acordamos de nuestro tío Rafael que seguro que lo disfrutó desde allí arriba. Es más, él lo vio mejor que nosotros ya que en ese momento tocamos el Cielo.
No viste al Milán en la Rosaleda pero si estuviste junto al Málaga en San Siro. Aunque no lo vivieses realmente....yo te vi allí
ojú... "uno de esos primos"... momento lágrima... qué grandes sois todos!!!
EliminarQue bonita historia y mejor aun que bonito gesto tuyo, te felicito.
ResponderEliminarAbrazo
Se agradece!!
EliminarEs curioso como vamos viendo a los padres a través del tiempo. Buena entrada Feo. ¡Joder! Vas a hacer que se me salten también las lagrimillas con tus "pegos" tanto como con los míos. (No se que coño me pasa que estoy de un sensiblón hoy...)
ResponderEliminarEstamos sensibles... porque nos hacemos mayores, que os lo tengo dicho pero no me queréis creer. El tiempo cambia la perspectiva de todo, los padres no podían ser menos.
EliminarUn abrazo.
Preciosa entrada, precioso gesto, veo que hoy andamos tod@s un poco tiernos, será la edad o será el miedo, pero disfrutemos de ellos mientras podamos.
ResponderEliminarUn beso
Yo creo que hoy nos mueve el orgullo, Pilar.
EliminarUn besillo
Precioso. Besos, Vemmdy
ResponderEliminarGracias. Un placer escribir por y para vosotros
EliminarPues me has emocionado y todo! Qué bonito...
ResponderEliminarJejeje. No esperaba esta repercusión. Me halagais. Gracias.
EliminarMadre mía, seguro que esta lleno de ilusión.
ResponderEliminarSiempre podrás decir que el fue a ver al milán en la rosaleda
Asi es
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