Me encantaría que visitaras también mi otro Blog; un espacio donde dejo mis fotografías; "EL MUNDO SE EQUIVOCA" (http://sequivoca.blogspot.com)
"HAY PERSONAS QUE MARCAN UN ANTES Y UN DESPUÉS, CONVIRTIENDO EN UN REGALO EL AHORA (Luis Bueno) - julio, 2020


martes, 31 de marzo de 2020

Lunes. Día 17. Sigamos

     Ayer comenzamos semana, con las mismas tareas, los mismos aplausos y las mismas ganas de querer recuperar la normalidad porque creemos que es bueno.
 
     Y si es bueno, sigamos pues...
 
     Salud para todos.

lunes, 30 de marzo de 2020

Domingo. Día 16. Domingos

     Los domingos son domingos, son días mal planteados desde que, en la Creación, a Dios le dio por tumbarse a contemplar lo que había hecho. ¡Error!. Había cosas que se quedaron a medio terminar y, claro, con el tiempo, se nota.

     Los domingos son días planos. Son como los cielos grises, encapotados que no dejan pasar la luz del sol y carecen de matices. Esos que odias cuando vas cargado con tu equipo para hacer "las fotos" y te encuentras con una pared en lugar de un cielo. Pues así son los domingos, y así han sido siempre. Da igual el confinamiento, da igual que estés en invierno o en verano, da igual que ese día te cases. Da igual, son días insulsos.

     Y ayer, domingo, no iba a ser menos. Si acaso el directo de Curro cantando desde su casa pudo darle un poquito de brillo al día, pero cuando el día se pone tontorrón, ni Curro ni la Filarmónica de Viena. No hay nada que hacer.

     Son ya 16 días, prometo que no me quejo, pero también aseguro que estoy deseando salir con normalidad a la calle y estar con la gente por ahí, sin preocupación de distancias de seguridad ni nada de eso.

     Es más, si levantaran el veto un domingo, sería capaz de reescribir esta entrada. Lo juro.

     Salud para todos.

domingo, 29 de marzo de 2020

Sábado. Día 15. Promesa

     Inseguridad, incomodidad, angustia... No doy con la palabra que defina lo que sentí ayer, sábado, al salir a la farmacia, a eso de las 4 de la tarde. No sé, fue una sensación extraña, la de no estar acostumbrado al espacio abierto, a caminar, a tanta calle para mi solo. Llevamos nada más que dos semanas y los efectos de estar enjaulados ya se van notando. ¿Sabes lo que ha venido a mi cabeza estos días? La imagen de Ortega Lara cuando fue liberado de su secuestro, saliendo del coche que lo llevaba hasta su casa. Esa expresión en su cara, esa mirada... ¿Cuánto tiempo estuvo en un zulo que era casi un hueco en la pared, un año y medio? No me acuerdo, pero aquella imagen de un medio zombi, totalmente desorientado que se arrastraba porque no tenía ni musculatura para caminar. Asustado ante tanto ruido, tanta gente... ¡¡año y medio!! Y yo me quejo porque tengo todas las comodidades en mi casa y tan solo llevo 15 días. Y, ¡ojo!, que yo tengo donde vivir, techo, luz, agua caliente, pero, ¿y los que no tienen nada...???
 
     Es cierto eso de que hay una corriente solidaria estos días, pero los primeros que deberían llenarse de esa corriente tendrían que ser nuestros miedos infundados, propios de habitantes de lujo en el Hemisferio Norte.
 
     Mi promesa. Dejarme de pamplinas y cuando me toque salir otra vez, a comprar o a tirar la basura, disfrutar de ese minuto de aire puro, que se nos está quedando un aire la mar de respirable.
 
     Salud para todos.

sábado, 28 de marzo de 2020

Viernes. Día 14. Vino

     Ayer fue viernes y el cuerpo lo sabía. También sabía que ya estamos en la mitad del periodo propuesto para el confinamiento y que queda todavía mucho que superar y eso, alguna que otra vez, mina la moral, pero era viernes, y había que santificarlo con la sangre de la tierra. El vino, en la medida en que sea posible, debería ser considerado como artículo de primera necesidad para todas las familias, estar incluido en la seguridad social o tener promociones de "pague uno y lleve siete", por ejemplo.
 
     El vino, al menos para mi, es sinónimo de sonrisa. Pienso en el vino y veo a Ana, como le empieza la verborrea fácil y cambia de un tema a otro en la misma frase; veo las caras de Trini y de Jose, partiéndose de risa por la cosa más absurda. Miro una copa y me imagino a María José bebiendo sola porque su pareja no es de vino pero eso a ella no le importa y lo disfruta como un tesoro; o veo a Ana Pecoan, tan "nueva" y sabiendo valorar ya lo rica que está una copita aunque sea en un viejo piso de alquiler, en una tercera planta sin ascensor. José Antonio también le pega al vino, él es de Portia o Manuel, que no hace ascos a nada que implique celebración. Quizá por eso, porque estamos vivos, porque tenemos la suerte de tener salud y dinero para una botellita de vino los viernes, porque la vida es una experiencia escondida que requiere escarbar un poco para encontrarle el sentido y porque debemos ser agradecidos por todo lo que somos y tenemos, era justo y necesario que abrir el vino anoche.
 
     Sigamos con estas costumbres, pese a los virus y los agoreros de la pena. Saldremos.
 
     Salud para todos. 

viernes, 27 de marzo de 2020

Jueves. Día 13. Números

     La cosa va a peor. Crece el número de fallecidos por el virus en España, pero, qué más da. Crece el número, parece que nos hemos olvidado de las personas, de las familias que se quedan atrás, de las historias pendientes de contar. Las personas no existimos, estamos completamente ignorados para el mundo de la información. Todo son números. Cifras y estadísticas para dibujar una curva con trazo rojo, tirando a rojo oscuro, que no deja de apuntar hacia arriba, como huyendo despavorida del cuadrante de la muerte para que sean otros los que eliminen los restos del desastre. De verdad que intento escapar de los informativos pero los encuentras a cualquier hora y por cualquier medio y terminas cayendo en sus datos. Datos y más datos. ¿Se habla de las personas que han muerto? ¿Se transmite el dolor de las familias que ni siquiera van a poder despedirse de aquellos que se han marchado en silencio? Salvo que seas alguien importante, nadie hablará de ti porque sólo serás uno más en los métodos de medición... y me parece demasiado injusto.
 
     Perdona que hable hoy así, pero es el recuerdo que me queda de la noche de ayer jueves. Un periodista en televisión pintando la puta curva y hablando del número de esto,  del número de lo otro... Matemáticas aplicadas al descorazonamiento, no hay más.
 
     Será que no queremos ahondar o simplemente que no entendemos el idioma del sentir, no lo sé. Nunca me gustaron las matemáticas. Se me daban tan mal como el sentirme ignorado o como ignorar a quien lo merece.
 
     ¡Saldremos! Salud para todos.

jueves, 26 de marzo de 2020

Miércoles. Día 12. Silencio

     Seríamos unas veinte personas en la cola para entrar en el supermercado. Todos bien distanciados los unos de los otros, todos en silencio, todos protegidos de la lluvia con un paraguas salvo un chaval que llevaba una sudadera amarilla inundada de agua. En condiciones normales le habrías ofrecido tu paraguas para los dos, pero ahora el miedo al bicho o a hacerlo mal te aleja un metro y medio del muchacho que, ansioso por encontrar un lugar seco, no dejaba de mirar el reloj. Supongo que ni él, ni el resto de la fila imaginábamos que tardaríamos cuarenta minutos en entrar al supermercado en una auténtica imagen de inicio de apocalipsis.
 
     Todos entramos, todos compramos, todos en silencio. Hasta la megafonía del local guardaba riguroso respeto y callaba. No había ofertas de pechuga de pollo ni de boquerones en pescadería. Silencio total.
 
     Sin embargo el día fluyó, que la cosa va de fluir, y pasó otra jornada más, según mis cuentas, la jornada 12. Ya casi estamos en la mitad de lo previsto por las autoridades, aunque mucho me temo que ni las autoridades saben qué pasará cuando se cumpla el mes.
 
     Cada vez más convencido de que ellos también deberían estar callados, como la ciudadanía de a pie. Callados. En silencio total.
 
     Salud para todos.

miércoles, 25 de marzo de 2020

Martes. Día 11. Gymkana

     Para un minuto que salgo a tirar la basura, llueve. Bueno, en realidad creo que lleva todo el día así pero esta manía de no querer mirar por la ventana que estoy adoptando me prohíbe conocer lo que pasa más allá de las cortinas.
 
     Y es que estoy muy saturado de elementos externos. Pensé, al principio, que este confinamiento sería una especie de amortajamiento en vida, pero está resultando algo más parecido a una gymkana. De todos los elementos que me llegan del exterior solo me quedo con dos: el WhatsApp de los amigos y la clase de mantenimiento físico que mi amiga Ana nos da cada tarde vía Skype. El virus quizá no nos afecte, pero los glúteos ya mismo se nos ponen en huelga por culpa de la "Reina de las sentadillas". Gracias a ambas maneras de salir del interior continuo, cambiamos la paranoia constante por ratos de reírnos, aunque sea por no llorar.
 
     De la seriedad del aislamiento ya hablaré otro día (será por días). Eso sí: de la ruin y mierdosa clase política de este país (de ambos lados, que luego me encasillan) y de aquellos que los defienden a muerte, no hablaré. Allá cada cual.
 
     Salud para todos.

martes, 24 de marzo de 2020

Lunes. Día 10. Pacto

     Mala jornada la de ayer, lunes. Una nube de esas que encapotaban el día se metió dentro de mi cabeza desde primera hora y sólo me dejó cuando decidí echar el cierre y acostarme. Los días nublados siempre han conseguido apagarme un poco aunque, por suerte, aquí en el sur tenemos un pacto luminoso/secreto con el sol para que se eche la cervecita de mediodía con nosotros, nos acompañe a hacer la compra o nos vigile la moto si decidimos aparcarla en una calle solitaria. No se a vosotros, pero a mí la luz natural me da la vida y los cielos encapotados me recuerdan que la oscuridad no es siempre tan apetecible.
 
     Pese a todo, sonrío. Y quiero veros sonreír también, tachando una casilla más de esta cuarentena a la que hemos robado ya un tercio de lo previsto. Aunque tengamos nubes y la lluvia caiga serena al otro lado de la ventana. Sonreíd, que nos queda menos confinamiento y el sol también está recargando sus fuerzas para recordarnos ese pacto luminoso/secreto cuando volvamos a salir.
 
     Salud para todos.

lunes, 23 de marzo de 2020

Domingo. Día 9. Soñar

     Leí a mi amigo Pablo Bujalance en la columna de su diario como describía el día de ayer como "un domingo multiplicado por diez" y me cuesta imaginar las calles del centro solitarias, como en la película aquella de Amenábar, como en un sueño raro.
 
     Te voy a hacer una pregunta, ¿te has cuestionado alguna vez, en estos días, si todo lo que nos está pasando es realmente un sueño? (curioso esto de unir las palabras realmente y sueño) Yo me lo pregunto decenas de veces y todavía no he sido capaz de contestarme. Quizá sea porque la angustia no me ha llegado o porque admito mi poca concreción en casi todo, no sé. Pero si la cosa va de soñar, ¿por qué no soñamos bonito?
 
     Vamos a dar forma a lo que queremos que ocurra cuando despertemos; sintamos el tacto, el calor de esa persona a la que saldremos a abrazar, recordemos el olor y el ruido del bullicio, ese que nos agobiaba antes y ahora añoramos. Piénselo, mejor dicho, suéñalo. Caminar entre callejas llenas de vida, beberse el sol en una terraza y mirar cómo el sol se pone sobre una orilla con olas rompiendo.
 
     Total, si la cosa va de soñar...
 
     Salud para todos.

domingo, 22 de marzo de 2020

Sábado. Dia 8. Aplausos

     He leído la noticia de que un anciano afectado de Alzheimer cree que los aplausos son para él por salir a tocar la armónica cada tarde a su balcón. De esto podemos sacar dos lecturas: Una, pobre hombre, vive engañado. Dos, bendita suerte, vive engañado.
 
     No es cuestión de vivir engañados para ser más felices pero lo que es indudable es que tanta saturación de información, tan distinta, sólo puede provocar mayor angustia en nosotros. Tras este sábado, en el que llevamos encerrados ya ocho días (aquí también hay diferentes numeraciones), nos van a decir que de quince días iniciales, vamos a pasar a treinta. Es lo que hay, resignarse, aceptarlo, ser honrados, consecuentes y solidarios, y, de vez en cuando, salir a tocar la armónica al balcón y disfrutar de los aplausos de los vecinos.
 
     Salud para todos.

sábado, 21 de marzo de 2020

Viernes. Día 7. Primavera

     El aire limpio se ha colado esta mañana por mi ventana. Sin invitación, sin acreditación. Ha entrada saltándose todas las normas de seguridad en situaciones de alarma. Se ha acercado a mi e incluso me ha acariciado varias veces. El riesgo de la libertad tiene estas cosas, que abrazas al delincuente siempre que te haga algún bien.
 
     El día transcurrió como todos los anteriores. Tareas, ocupar la mente, ejercicio, risa, fotos (mil fotos más por favor!!). Soy un ser muy afortunado y quiero entender que este estado de encierro va a ser tan productivo que hasta llego a sentirme útil por él. Eso sí. No me habléis de noticias, ni de polémicas políticas. No me habléis de por qué sí o por qué no. El que quiera guerra que se le lleve a su depósito de mierdas y complejos. El resto queremos crecer.
 
     Salud para todos.

viernes, 20 de marzo de 2020

Jueves. Dia 6. Terrazas

    He salido a la calle. Mi alergia me ha sacado por unos minutos del confinamiento, tenía que ponerme la vacuna mensual. La alergia que me parte por la mitad muchos días, hoy me ha dado una tregua de alivio, demasiado hipnótica para ser verdad. La sensación de que las distancias son largas, las aceras demasiado estrechas y el peligro amenaza en cada mostrador, no se me va de la cabeza en la escasa media hora que me escapo del refugio.
 
     Mientras avanzo, miro a las ventanas, a las terrazas; busco urgentemente caras que me saluden, quiero una sonrisa que me tranquilice y me diga que todo va bien. La distancia prudencial es demasiado severa para las personas que necesitamos tocar las heridas, como el discípulo Tomás.
 
     Salud para todos.

jueves, 19 de marzo de 2020

Miércoles. Día 5. Lola

     Las cafeterías cerradas. Mi vecina Lola baja al patio con dos tazas de café y unas galletas y las pasa a través de la reja a su hermano y a su sobrino, que acaban de salir del médico y no han desayunado aún. Eso ocurrió a las 12 y cuarto del mediodía.
     A las 12 y cuarto de la noche sigo notando el mismo nulo ruido ambiente que durante el resto de la jornada, confiando en que el personal no se canse y no decida salir despavoridos de sus casas cualquier día de estos.
 
     Me llama la atención la cantidad de cosas que rondan tu cabeza en momentos como este: la salud, la seguridad, el futuro... el pasado.
 
     Sigo soñando con salir y abrazar a la gente. Queda menos.
 
     Salud para todos

miércoles, 18 de marzo de 2020

Martes. Día 4. Historia

     Hacer una clase de sentadillas, abdominales, y demás torturas por Skype y reírte mucho. Beber un vinito porque sí. Celebrar que sales a la calle a tirar la basura como el que va a Disneyland y volver a casa con la sensación de que el aire esta más limpio.
     Quizá la Tierra agradezca este parón y quizá todos, en el fondo, también.

     Curiosa situación que algún día se estudie en los libros de Historia... si siguen existiendo los libros y si la población sigue estudiando, claro.

     Salud para todos.

Lunes. Día 3. Rutinas

     Mirar por la ventana cómo las calles se hacen gigantes se va a convertir en mi rutina mañanera. Añadiremos la plancha, la limpieza, la preparación de la comida, la resolución de problemas de los deberes telemáticos, el echar de menos más de la cuenta.

     El echar de menos puede ser más largo que el confinamiento.

     Salud para todos

Domingo. Día 2. Quince

     Nos han dicho que, al menos 15 días. Al menos... 15 que pueden ser 20, 25 o 30. No es momento de aritméticas ni de cálculos irracionales. Quizá toque tomar aire para esta inmersión a pulmón y esperar que el fondo tenga algo más de vida que la superficie.
 
     Salud para todos

CONFINADOS. Sábado, 14 de marzo de 2020

     No escribo en el blog desde enero y no será por falta de ganas, es que la vida te enreda a hacer mil cosas y tú te dejas enredar porque tienes la misma capacidad de negación que un brócoli. Pero resulta que un bicho microscópico nos tiene a toda la población española (y pronto, a la mundial) encerraditos en casa, CONFINADOS.
     Curiosa palabra que jamás había usado antes que se une a PROTOCOLO, ESCENARIO, ESTADO DE ALARMA, CORONAVIRUS, ETC...
 
     Hoy es sábado, noche entrada y todos duermen en casa. Yo me he sentado delante del teclado sin tener muy claro si esto llegará a algún lado, ni siquiera sé si publicarlo pues tampoco siento que tenga nada que decir... pero lo haré por ti, viejo Blog, que estás esperando a que venga a verte sin protestar jamás.
 
     Salud para todos.