Llevo unos días malos en el trabajo (cosas de esas que no logro comprender y me sacan de quicio, pero cuya solución no está en mi mano) pero esta tarde he recordado las palabras de la madre de un chico que atendí hace mucho tiempo. A grandes rasgos decía algo así:
"Hemos visitado muchos médicos, muchos hospitales, cada uno con su diagnóstico, con sus pruebas, con sus pocos o muchos medios. Hemos hecho muchos kilómetros buscando soluciones, hemos conocido muchas familias con críos parecidos al nuestro. Nos hemos apuntado a varias asociaciones, hemos visitado un montón de centros especializados; terapias, atención temprana, psicólogos, psiquiatras... hasta nos planteamos pedir un crédito para viajar al país donde nos dieran una solución. Pues después de tanto vagar, ¿sabes una cosa? que hemos aprendido a diferenciar dos tipos de personas diferentes ante nuestros ojos: Los que sonríen y los que no sonríen.
...Y los que sonríen curan mejor."
Así que hoy, al menos hoy, este que está aquí, ante el teclado del ordenador va a cambiar la cara porque, aunque no creo que una sonrisa cure, puedo demostrar que hace los días mucho más bonitos, para uno mismo y para los que le rodean.
Amigo sonreír ...significa estar feliz y eso segrega cosas muy beneficiosas para la salud así que yo si creo que cura....sonriamos más.
ResponderEliminarSonreír siempre, aunque solo sea por joder, amiga!!
EliminarAmigo sonreír ...significa estar feliz y eso segrega cosas muy beneficiosas para la salud así que yo si creo que cura....sonriamos más.
ResponderEliminarevidentemente una sonrisa alegra a cualquiera la cara y la del interlocutor... aunque la procesión se lleve por dentro...
ResponderEliminarbesos.
Pero hacemos tanto bien a quien se ve apurado, sólo con una sonrisa... es increíble, pero es cierto.
EliminarSe empeñan en amargarnos. Se empeñan tanto que a veces lo consiguen. Y entonces cuando nos vemos abatidos, tristes, casi sin esperanza entra un texto como el tuyo. Uno de esos que nos recuerda que, al fin y al cabo, la culpa de amargarnos, de entristecernos es nuestra, que los demás no tienen capacidad para hacerlo. Y entonces no queda otra que sonreir por su incapacidad, por nuestra fuerza, y por no ser los que amargemos a otros.
ResponderEliminarTú lo has dicho. Letra por letra, Bubo.
Eliminar