Cuando llegaba al instituto, a eso de las ocho menos cuarto de la mañana, aquel matrimonio, ya mayor, funcionaba a pleno rendimiento en su panadería. En ella nos comprábamos los bocatas del recreo, preparados con cariño para adolescentes sin cabeza, que pensaban en niños, en niñas y en musarañas a partes iguales.
Aquella etapa pasó. Y aquella panadería cerró porque sus propietarios pidieron ya el relevo y se convirtió, poco después, en una tienda de puertas, que, al poco, cerró para pasar a ser una tienda de embutidos ibéricos…
Así pasaron los negocios (azulejos, alarmas y radios de coche, vinos de lujo, copistería…), sin cuajar como la panadería de aquel matrimonio mayor. Y con sus cambios, todos fuimos cambiando un poco. Cisco, Jose, Esther, Sara, Víctor, Felipe, Ana, Chema, Isa, Sara, Susana… y sustituimos las musarañas por la vida real, sin dejar de cambiar.
Ayer. Un montón de años después, salí a tomar unos vinos con unos compañeros del cole, y mientras hablábamos de cómo los días pasan sin darnos cuenta, los que pasaron, de la mano, por la puerta de la Antigua Casa de Guardia, fueron esos dos currantes, mucho más mayores pero con el mismo gesto, que una vez cerraron su panadería y decidieron ver la vida pasar desde otra perspectiva.
Y es que todo cambia. Solo hay que mirar un poco hacia atrás para darse cuenta de ello. Como cantaba la Negra Sosa “Cambia… todo cambia”.
(Mola la versión que hizo Shuarma de esta canción)
Joer... me has puesto nostálgica. Y eso que yo no iba a esa panadería..
ResponderEliminarBesos!
Siempre es bueno echar un ojo a los días pasados y ponerse un poco blando... no te parece???
Eliminarvaya si cambia... y nosotros con el entorno.... cuantos recuerdos, verdad??
ResponderEliminarYa te digo. Es como si el mundo rodase y no pudieses quedarte parado en tu sitio. Un beso
EliminarTienes razón todos cambiamos aunque no nos demos cuenta a veces algunos no logramos concretar nuestros sueños o metas.Gracias porque hoy con tu publicación me has hecho recordar como antes queria comerme el mundo, pero nunca es tarde aunque sea una rebanada me la comere. Es un privilegio leerte un saludo fuerte desde mi México lindo
ResponderEliminarNunca es tarde para nada... el privilegio es mío, que me podáis leer y os guste. Un saludo
EliminarBuenos momento, grandes recuerdos de una época que no queda en el olvido y que seguimos reviviendo con la misma ilusión de entonces cada vez que nos reunimos o cada vez que aludes a ella en este tu rincón. Un abrazo y que sigamos recordándola todos juntos por mucho tiempo.
ResponderEliminarMe alegro de verte por aquí, Capitán. Tú probaste pocos bocatas de esa panadería porque te piraste en COU, pero seguro que entraste más de una y de dos veces y sabes de lo que hablo.
EliminarLa edad... nos hace contar historias...
Todo cambia y uno crece.
ResponderEliminarE, incluso, mejora.
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