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"HAY PERSONAS QUE MARCAN UN ANTES Y UN DESPUÉS, CONVIRTIENDO EN UN REGALO EL AHORA (Luis Bueno) - julio, 2020


domingo, 11 de septiembre de 2016

Lo mejor de lo peor

     A estas alturas de la película, donde el estilo habitual se basa en la pelea por ver "quien la tiene más larga", resulta inevitable ponerse blandengue y aplaudir, de manera facilona, lo que toca la fibra sensible, pero creo que no es mi caso.
 
Me explico:
 
     Siempre me ha gustado el deporte, aunque haya sido nulo en casi cualquiera de los que haya practicado, por lo que ver a los grandes atletas competir me provocaba una envidia tremenda que rozaba lo insano. Esos hombres y mujeres de cuerpos cuasi perfectos, logrando cotas de éxito de "superhéroes" me han llamado siempre la atención y los he valorado de buena manera pero, fíjate tú, que un día, como el que no quiere la cosa (y cierto que fue así) llegué al mundo de las personas con discapacidad. Ese selecto grupo formado por criaturas cuya única misión en la vida era alcanzar un estado medianamente digno dentro de la sociedad, según el grado de afectación de cada uno o, al menos, eso pensaba yo. Y descubrí, aunque no me guste el término, el "deporte adaptado". Y conocí a chavales que jugaban al futbol con los ojos tapados siguiendo un balón con un cascabel, y un juego, parecido a la petanca, donde los participantes se ayudaban de una rampa para lanzar la bola, o el baloncesto en silla de ruedas, que sólo de verlo ya me cansaba.
 
     Pasó el tiempo y comencé a aburrirme un poco de aquellos primeros "superhéroes" que ganaban millones y millones, que eran noticia por su corte de pelo o por sus lujosas mansiones y que hacían anuncios de dudoso gusto estético, mientras el "deporte adaptado" no acaparaba ni un minuto de televisión. Y siguió pasando el tiempo.
 
     Hoy, sentado junto a mi hija frente a la tele, muchos años después de aquella maravillosa casualidad que me trajo al mundo de los que menos visibilidad tienen en nuestra sociedad, hemos disfrutado como niños (bueno, ella aún lo es) de las pruebas de natación de los Juegos Paralímpicos. Me resultaba, cuanto menos gratificante, mirarla con el rabillo del ojo cómo se quedaba embobada ante esas personas que nadaban con tan solo una pierna y un cuarto de brazo.
     - Mira papá, esa chica tiene la mano así (haciendo el gesto de encogerla) y ¡¡fíjate cómo nada!!
 
     Me pregunto si esa sencilla imagen no habrá calado en María más que todas las historias sobre discapacidad que me haya escuchado desde que nació. Es más, me pregunto por qué esas competiciones no atraen a más público, siendo, a veces, más espectaculares que las que ya conocemos...
 
     Me pregunto muchas cosas y al final me conformo con quedarme con lo mejor de lo peor. Con la enseñanza que recibimos al verles superar tantas trabas. Porque sabes que el futbolista millonario se machaca en un gimnasio para ser el mejor... pero que va en su coche SOLO, y puede ducharse y preparar su comida SOLO, es más... hasta puede entrar en su piscina SOLO, pero a muchos de los que estamos viendo en Río (y millones de personas más que no pueden alcanzar esos niveles competitivos) les deben asistir hasta para ponerse la ropa o salir de la piscina.
 
     Me perdonen, pero estos sí son unos superhéroes, al menos, así los veo yo. Ellos, sus entrenadores y, sobre todo, sus familias. Estos anónimos de los que mañana nadie hablará ni veremos en el anuncio de coches ni de ropa interior. Estos gigantes, que no ven, o no andan, o no escuchan, o no piensan como la mayoría de los mortales, pero que se esfuerzan (no podría calcular cuánto más que los otros) para superarse a sí mismos y no a los demás.
 
     No quiero dar más la vara, quizá sea vocación o la suerte de haberlos encontrado en mi camino, pero todos los que, de una manera o de otra, tenemos contacto con el mundo de la discapacidad nos sentimos tremendamente felices al ver sus caras, medalla al cuello, las de sus familias en la grada, las de sus entrenadores casi escondidos, sin buscar protagonismo.
 
     Me encanta formar parte de este mundo y por ello, me considero un privilegiado. Si tú aún no los conoces, no pierdas más tiempo. El del anuncio y la mansión y los millones no te va a aportar nada, pero NADA en tu vida. Los otros, los SUPERHÉROES de los que te hablo, te lo van a aportar todo.
 
     Salud para tod@s