Será que el año se marcha para dejarnos tranquilos y no meter más dedos en las llagas…
Quién sabe como será el día de mañana, aunque anticiparse tampoco trae cuenta muchas veces. Quizá venga con el disfraz de "oportunidad”.
Sé, a ciencia cierta, que seguiré rodeándome de “ellos” cada mañana, desde muy temprano. Que, aderezando la salsa de la monótona vida de estos seres, pulularán “los otros”, los verdaderamente TONTOS, los Babosos de buena pinta, ropa cara y risa falsa. Los que se esconden, lloran, critican y machacan. Los que no me dan de comer, sino que “me dan la comida”. Los que, a mí, no me sirven para nada.
Sé que estará mi familia. esa a la que tan poco tiempo dedico. La familia que me puso en la Tierra, hace ya algunos años, y que me guió hasta que mis alas ya estaban formadas y pude abrir mi propia ventana.
La pareja que la vida me regaló, que se ríe con lo que digo, aunque sea la única que lo haga, que me tolera lo intolerable y que, incluso, me dice que “me ve guapo”; y los personajes estelares que hemos ido añadiendo al camino, una de ojos negros y otra de ojos celestes. Mis ángeles, las que soportan mi mal humor, mis impulsos más injustos y, que aún así, me perdonan cada día, como si nada hubiese pasado.
También sé que estarán mis amigos, los que se escriben con letras anchas, los que disfrutan solo con sentarse en tu sofá o cortando una ruedecita de chorizo en tu cocina, planeando las miles de salidas que, finalmente, se quedaran en eso, en planes… porque son más que amigos, son mis otros hermanos, y los amo con locura. Y no puedo vivir sin ellos.
Seguirán mis otros amigos, que no son peores, simplemente tengo el defecto de ser muy exigente con mis amigos y no todo el mundo está dispuesto a aguantarme. Lo entiendo, lo respeto, y todos felices. Pero son también muy importantes. Aquí meto a la gentucilla que, a diario, se “roza” conmigo y guiña por mí cuando los asuntos se ponen serios. Aquellos que saben lo bien que sienta un abrazo, mas aún cuando es sincero, y te los dejan caer cuando más falta te hace, y aquella otra a la que hace mucho que no toco, ni huelo, ni nada de eso… pero que siento cerca, a mi manera.
Seguirán mis nuevos viejos amigos, aquellos que dejé de respirar en el verano del 92 y que, por una alineación de planetas, han vuelto a juntarse, más jóvenes, mas guapos, y más vivos que antes. Si los milagros existen, éste entra en el catálogo, seguro.
Y especial mención, para aquellos que, de manera súbita, os colasteis en una ocasión dentro de mí, en mi blog, y me acompañáis sin esperar más que palabras, y os agradezco vuestra presencia: Marea, Sueños Felinos, Mario, Lobo, Abel, Aire, Flora, Laffite, Belén, VolVoreta, LatitadeAlmendras, y alguno más que me dejaré sobre el teclado, pero no se me olvidan, es que están ahí, tranquilitos…
Seguirán muchas más historias alrededor del mundo; pero no solo mañana, también pasado, y el otro, y el otro… y cuando ya no estemos, la banda sonora que rodea a la vida seguirá tronando, porque todo es seguir, transformándose, pero presente siempre.
Todo pasa y todo queda…