Me encantaría que visitaras también mi otro Blog; un espacio donde dejo mis fotografías; "EL MUNDO SE EQUIVOCA" (http://sequivoca.blogspot.com)
"HAY PERSONAS QUE MARCAN UN ANTES Y UN DESPUÉS, CONVIRTIENDO EN UN REGALO EL AHORA (Luis Bueno) - julio, 2020


viernes, 27 de abril de 2012

Recomendación musical: Andrés Suárez

     Como ocurre siempre con los grandes descubrimientos, lo de Andrés Suárez fue pura casualidad. Fui a ver a Diego Cantero (Funambulista) y venía con él. Diego hizo varias canciones, de esas que suelo ir cantando a grito limpio en el coche cuando voy solo, y a continuación subió Andrés.

     Si tengo que buscar un adjetivo para este tío probablemente sea, IMPRESIONANTE. Tiene una sensibilidad increíble y una soltura instrumental bestial. La mayoría de sus temas son “de cantautor”, pero de las que merecen la pena oírse. Al final me fui sin comprarle el disco nuevo “Cuando vuelva la marea”, y me arrepiento. Si tenéis oportunidad de escucharlo en el Spotify entenderéis por qué digo eso. Si al mérito musical, le añadimos que es un tío simpático, cercano y humilde… tenemos un artista de esos que pasan hambre, pero que en los pequeños circuitos es un rey.

     Sabéis que suelo recomendar cosas chulas, pues esta no es menos. Y os añado el video de un directo cantando “Tengo 26” una canción que, como él dice, es “la más de cantautor” que tiene. Un poco autobiográfica y que dedica, entre otros a sus padres. Por favor, disfrutadla y si al final os quedan vellos sin erizar, me llamáis, que os devolveré el dinero.

      Salud para tod@s

martes, 24 de abril de 2012

“modo social: Out”

cabeza carton     Ahora que lo pienso, tampoco es tan malo estar en “modo social: Out”. No es divertido, pero tampoco es tan malo; quizá sea hasta recomendable, de vez en cuando.

     Salud para tod@s

lunes, 23 de abril de 2012

Cuando te digan “pichi” mueve el rabo

     Luchar es duro; luchar contra uno mismo, agotador. Esto lo tendría que saber de carrerilla, pero, de tanto darle tiempo al tiempo, no tuve tiempo de aprenderlo; y así me luce el pelo.

     Lo que no sé es, con tanta experiencia, como sigo aún tarareando las mismas canciones que ya no tienen sentido y haciendo los mismos recorridos que sé que me llevan a una puerta cerrada. Quizá la inseguridad, esa sombra que me acompañó durante treinta y tantos años, podía ser la coartada para volver una y otra vez a la misma caminata larga, cansina, ardua. 

     Y lo jodido es que tengas que pasar un mal día para darte cuenta de todo eso que tenías que haberte dado cuenta hace muchísimo tiempo. No comprendo por qué sigo dando mi opinión en un lugar donde nunca me la piden. Vivo en un país que cada vez me asquea más. No puedes decir lo que piensas y si lo dices te cae la etiqueta, el chisme y el tópico. Dejé Facebook para no ver lo que no debía y ahora creo que voy a abrir la jaula del pajarillo de twitter para que escape por más o menos lo mismo. Lo que, en principio, se plantea como una red social, es un espacio abierto donde el más tonto hace relojes y, además, le aplauden y le corean. No hay nada mejor que una cabeza que piensa para anular millones que no harán ese esfuerzo.

     Y ya estoy muy viejo (y muy de vuelta, desgraciadamente) para esperar el aplauso, la medalla y el reconocimiento. Peleé por lo que creí justo, defendí al que imaginaba que no lo podía hacer solo, levanté la voz cuando otros no separaban los labios,… y todo para… pues eso.

     Así que pliego las velas, archivo canciones y callo pensamientos hasta que me pregunten. Lo que no sé, repito, es por qué no lo he hecho antes.

sábado, 21 de abril de 2012

A alguien muy especial

     A alguien muy especial, al que no conozco lo suficiente como para llamar por teléfono pero que me ha demostrado lo que es el esfuerzo diario y el amor a lo sencillo.

     A alguien muy especial, al que me falta la confianza necesaria para preguntarle por sus despertares pero que, a cambio me regala, con frecuencia, lo más puro de los sentimientos.

     A alguien muy especial, al que jamás le invité a un café ni a una charla pausada pero que no duda en ponerse como escudo defensor, en primera línea si hace falta, contra la imbecilidad de los cretinos.

     A alguien muy especial, al que nunca he visto rendirse y que entrega hasta su última gota de sangre por ofrecer cultura mientras otros solo ofertan mierda.

     A esa persona, a la que se le quiere desde la primera palabra sin tener la necesidad de llamarlo “amigo” aunque se porte como tal, quisiera devolver tanto bien que ha hecho por mí, sin saberlo él.

     A esa persona tan única, el alma y capitán de La Botica, donde se respira respeto y criterio, y donde gente con mayor o menor carisma deja sobre un pequeño escenario lo poco o lo mucho que tiene, porque no se les exige más que la honestidad de sus trabajos; que gustarán más o menos pero que nacen de la humildad de los que allí quieren estar. 

     A esa persona que debe aguantar como los que se creen por encima del resto de la Humanidad, sin ser conscientes de que, sin personas como él no serían nadie. A esa persona a la que no le pueden separar de la palabra ESFUERZO.

     A él le mando estas palabras:

“No temáis a la grandeza, algunos nacen grandes, algunos logran grandeza, a algunos la grandeza les es impuesta y a otros la grandeza les queda grande”

Shekespeare

Que vayan aprendiendo otros, a los que, ya, todo les viene grande.

jueves, 19 de abril de 2012

Artacho//Montes. DOSpuntoCERO

     Momento egocéntrico donde los haya. Aquí tenéis el cartel del concierto que daremos en dos semanas el grandísimo Nacho Artacho y el Menda. Si estáis por Málaga, o con planteamientos de venir en esa fecha, tenemos una cita.

ARTACHO MONTES DOSPUNTOCERO

     Salud para tod@s.

martes, 17 de abril de 2012

Ya no sé qué viento quiero

Tratando de recordar

tumblr_ktqdgd1nk91qzoaedo1_500tu nombre y el tiempo nuestro,

es de otros el tiempo ya,

tu nombre, no lo recuerdo.

Miré hacia atrás

y, en donde un día

tu imagen fue,

no aparecías.

Ya no sé qué viento quiero,

si el que te traiga de vuelta

o el que te lleve más lejos.

 

Nacho Artacho – “Ya no sé qué viento quiero”

domingo, 15 de abril de 2012

Sin grandes novedades, que ya es novedad

     Cuando la fiebre aprieta, pero no ahoga, hay pocas ganas de salir a las puertas del mundo. Si a esto se le añade una climatología de película francesa, con lluvia, mucho viento y hasta frío, uno se plantea… ¿¿¿salgo de la cama???

     Pues sí, salí casi de milagro o medio obligado, según se entienda. Y es que este fin de semana tenía dos citas ineludibles con sendos dueños de mi corazón.

     Por una parte, MARIBEL VERDÚ, mi icono sexo-vital de cabecera, representaba en Málaga una comedia (bastante entretenida, la verdad), “El tipo de la tumba de al lado”. Durante la función, la cual vimos desde la primera fila, me miró en un par de ocasiones. Sí, así es, me miró, pero yo me hice el interesante… no quise que pensara que soy un tío fácil. La obra terminó… y no volvió a mirarme. Peor para ella.

el-tipo-de-la-tumba-de-al-l

     Por otra parte, mi Málaga Club de Fútbol se jugaba la tercera plaza de la clasificación hoy domingo y… agua!!!, para variar. Si es que, aunque es cierto que nos llovió el dinero de un Jeque, los pobres de herencia, seremos siempre pobres, hasta para un tercer puesto.

     Y entre salida y entrada, decimitas de fiebre que subían y bajaban por mi frente, lo que aproveché para tocar un poquito la guitarra, leer la nueva novela de Pablo Bujalance (que me está gustando muchísimo), “La apnea del hipopótamo”, y escuchar en el Spotify por vez primera el nuevo disco de Vanesa Martín. Creo que esta mushasha escribe bien, no, lo siguiente; muy bonito.

     Así que tengo poco que contar, …”es poco lo que te tengo pero todo te lo doy”, como diría el Maestro Lichis.

     Por favor, cuídenseme mucho y no me vayan por ahí cazando elefantes como si fueran reyes… pórtense moderadamente bien.

     Salud para tod@s.

martes, 10 de abril de 2012

Y la respuesta es…

     Pues sí, como ya algun@s habéis adivinado, el culpable de esas frases era, ni más ni menos que… RISTO MEJIDE!!!

     Como dice Fiebre, este hombre es algo más que una mala cara en un plató. Dice las cosas como las ve y no como nos las quieren imponer y defiende su criterio. No hace más que lo que la gran mayoría de la humanidad desea hacer y no hace (generalmente por no ganarse enemigos), pero aún así, son mayores las críticas que los halagos.

     Yo, personalmente, no voy a salir en su defensa, ni a hundirlo tampoco, pero sí opino que, por regla general, solemos encasillar a la gente por cómo nos cae y no por cómo es, pues rara vez conocemos a “la persona” en sí, y más si es conocida, popular… famosilla (menos al Rey, que es muy campechano). Tendemos a crear filias eternas con “Fulanito” hasta que “Fulanito” dice o hace algo que no casa con nuestro pensar; a partir de ahí ponemos la cruz sobre el “fulanito” en cuestión y cada cosa que haga o diga, por sistema tendrá nuestro rechazo… cuando antes era una bellísima persona, amigo de sus amigos y bla, bla, bla… sin caer en la cuenta de que quizá ese fulanito haya sido siempre así y nuestra postura no sea tan correcta como creemos, y necesite un reciclaje.

     Dicho lo dicho, “Que la muerte te acompañe”, que es la novela de Risto, es el continente de esas ingeniosas frases, aunque, a mi humildísimo entender, es poco continente, la verdad. Una novelita ingeniosa pero con un lenguaje pobre, aunque entretenida, muy entretenida y sobre todo, ácida y real como la vida misma. Así que, como no me llevo comisión, no os la voy a recomendar como  lectura obligada (sería lo último), pero si os cae en las manos, no estaría de más dejarse resbalar un poquito sobre sus páginas numeradas hacia atrás y sacar vuestras propias conclusiones. Para gustos los colores.

     Y sobre todo: MENTE ABIERTA, mente abierta.

     Salud para tod@s.

domingo, 8 de abril de 2012

Adivina, adivinanza

     Os voy a lanzar unas cuantas frases de un libro que he leído esta semana; a ver si sois capaces de decir quién es el autor.

“Me he enamorado tantas veces como me lo ha permitido mi autoestima. He cicatrizado tantas veces como me lo ha permitido la piel”.

“Buscarle el glamour a alguien a quien ves todos los días insuflándose café en vena, con la legaña aún puesta, no tiene mérito, tiene delito tipificado, concretamente incesto laboral”.

“…el misterio no es más que el reverso tenebroso de lo cotidiano”.

“Si no eres capaz de narrarte y ser narrado, ¿quién te asegura a ti que alguna vez has existido?”

“Solo hay dos etapas en la vida: aquella en la que te dicen que no y aquella en la que eres tú el que dice que no. La rapidez con la que pasas de la primera a la segunda es lo que llamamos progreso”.

“… sabes que recordar un sueño es volver a dibujarlo de memoria sobre el papel blanco de lo consciente, y nunca sale igual”.

“Si hay algo más triste que estar triste es estarlo y no parecerlo”.

     Tampoco pretendo hacer un concurso ni nada por el estilo, sencillamente eran frases que me han gustado, por su ingenio y por su contenido. Pero ya puestos… no os diré el autor aún.

     Adivinen, adivinen… Mientras lo encuentran: salud para tod@s

Volveremos a vernos

…y vendrán otros días y otras lluvias;

vendrán más otoños amarilleándonos entre las mantas.

Habrá más noches llenas de estrellas y más lunas menguándose,

cobardes.

Vendrán otros mares,

para acariciar tus pies otro verano,

y otros fuegos que celebren cada beso que nos dimos,

a oscuras.

Y llegarán anunciando otra aurora

pintando tus fachadas a brochazos de luz,

como música ya escuchada alguna vez en otra vida,

llegarán.

Hasta la llegada de esos días,

hasta que esa luz brille de cerca,

hasta que, al fin, duerma en tu vientre, mi vida,

hasta entonces… estaré aunque no me oigas latir.

Volveré. Volveremos a vernos.

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jueves, 5 de abril de 2012

No duele el cuerpo

     A las cuatro y algo me cuelo entre la gente  que espera en la calle donde nací a que pase el trono del Nazareno del Perdón. Medio barrio está en las aceras, el otro medio dentro de la procesión. Consigo ubicarme entre las doce o quince personas que caminan tras la imagen del Cristo y las miro, e intento imaginar qué personal vía crucis llevará cada uno de ellos para tomar la decisión de recorrer media Málaga tras una figura de madera.

     Entre la gente, cuatro “marías de barrio”, formando una cadena con sus brazos para que nadie les quite el privilegio de ser las primeras de las promesas; dos chicas jóvenes, una de ellas con aspecto descuidado y descalza. Varios matrimonios que discutían por partes; ellas de los problemas de los estudios de sus hijos, ellos sobre en qué momento abandonarían la procesión para ir a ver el partido de Barça; una muchacha que llevaba una vela y que no conseguía encender por culpa de la brisita. Otras caras, que me resultaban conocidas, iban sumándose al peregrinar, a cada metro.

     Y entre todos ellos me encontraba yo. Que no quería participar del bullicio, procurando colocarme lo más atrás que pudiera, pensando en lo que nos quedaba por delante, pero con ganas de cumplir lo que me había propuesto hacer. Por momentos, me sentía observado, por momentos ni me daba cuenta de dónde iba, otros pensaba en la bendita locura que era todo aquello.

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     Y llegó el recorrido oficial: La Alameda, la Calle Larios y la Tribuna de la Plaza de la Constitución. Todo eso se recorre en una hora, durante la cual, la gente que ocupa las sillas de pago se deja asombrar por los “espectáculos” de las cofradías, pagándoles con aplausos, al modo del “Tú sí que vales”. Al Cristo, los de la Cofradía, lo bailaban al son de los acordes de la banda de música. Un baile, que, a mi parecer, no se merecería muchos halagos por parte de Risto, pero que al “jurado popular” lo enardecía y lo ponía en pie, aplaudiendo cada una de las “coreografías”. Lo siento, pero eso no va conmigo, soy de otro tipo de espectáculos. Estos los respeto, pero no me molan.

     Tras nueve horas de recorrido, la procesión se acercaba de nuevo al barrio. En las promesas, las cuatro “marías de barrio” hacía rato que se perdieron, al igual que los futboleros, que se marcharon para ver al Barça ganar al Milan. Sí continuaba la chica de aspecto descuidado, que caminaba descalza y la que luchaba con la llama de su vela, ya consumidas (ella y la vela).

     La subida al barrio apenas tiene público, solo los amigos que se acercan y alientan a los portadores del trono, invitan a un trago de agua a los nazarenos e incluso, intercambian sus zapatos planos por los tacones de las mantillas.

     Tres de la mañana y bastantes minutos. Hacía ya once horas que, en el portal del edificio en el que nací me incorporaba al camino y, allí mismo, saldría de él, para dejarles enfilar la calle hasta la iglesia y convertirme, por un momento, en espectador de la procesión.

     Por allí pasaron no sólo Cisco, Carlos, Mari, Andrés, Arturo, Carmen… pasaron muchos más recuerdos. Alineados algunos y otros en tropel. Muchas sensaciones de todo tipo que me hacían ver que, afortunadamente, ya no era el que fui años atrás.

     Cumplí lo prometido, y hasta se me hizo corto. Tendría que hacer estación de Penitencia por cada uno de los que me han ayudado, y eso sería eterno. Creo que me quedo corto con este sacrificio, que no pasa de ser un largo paseo por mi ciudad. Pero si algo noté es que me siento perdonado por todo el daño que he podido hacer por mis desprecios, por mis ausencias, por mis locuras… De eso creo que también tengo el alta.

     Podría decir que estoy cansado, pero no. No duele el cuerpo, no duele nada.

nazareno del perdon

lunes, 2 de abril de 2012

Cosas que se hacen sin saber muy bien por qué

     Mañana, Martes Santo, a estas horas, si el tiempo no lo impide, estaré dándome un paseo por las calles de Málaga, pero no un paseo normal… no me preguntéis por qué, pero iré acompañando al Cristo de mi barrio, a ser posible, durante todo el recorrido. Pero no portándolo, ni como nazareno, ni tocando el trombón de varas en la banda… No. Este año mi menda va de promesa.

     Para los no instruidos en el argot semanasantero, en Málaga (no sé si en el resto de la Humanidad también), las “promesas” son esas personas que van tras los tronos (aunque muchos sigan empeñándose en llamarlos “pasos”) acompañando a los titulares de la cofradía, en actitud de agradecimiento por algo que piden o que se les ha concedido por Obra y Gracia divina. Es una manera de “devolver el favor”, sacrificio por sacrificio.

     De modo que, una vez explicado, más de uno se preguntará: “Pero, Feo…¿tú?”. Pues sí, yo.

     Hace un año, más o menos, empecé a ver la luz al fondo de ese túnel en curva interminable en el que estaba metido y, curiosamente, sentí que comenzaba a subir viendo el paso de esta cofradía por la calle.

     Noté un alivio, una carga que ya pesaba menos, como que tanta angustia estaba decidiendo apartarse de mi vera, lo cual molaba bastante, vista la situación en que aquí, yo mismo, estaba sumido.

     Con esto no estoy hablando ni de ángeles que me susurraran al oído ni de apariciones marianas. Nada de eso. Fue un cúmulo de sentimientos. Esta cofradía de la que hablo es la de mi barrio de toda la vida, de Nueva Málaga. La que vi crecer a la par que crecía yo. En ella participaron mis hermanos y un montón de amigos del barrio, y algunos continúan, pese a las 12 horas interminables de recorrido. Recordé esos años, esos progresos, esos avances y me vi reflejado, pero sintiendo que ellos habían mejorado y yo me estaba quedando estancado en el camino.

     Sí es verdad que me crié en esa fe y que, hasta casi los treinta años participé en la parroquia donde duermen esas imágenes. Muchas noches con ellos allí, en silencio. Muchas sensaciones de estar haciendo el tonto por hablar sólo… con un “muñeco de madera”.

     Estoy convencido, y esto no creo que se pueda considerar fe, que “algo hay”, pero, si os digo la verdad, hasta eso me da lo mismo.

     Lo que siento es que he salido del hoyo donde moría en vida y sé que no lo he hecho sólo. Y como no sé expresar mi agradecimiento en global a todo el planeta, decidí allí mismo, hace un año, que este Martes Santo los acompañaría, aunque terminase con los pies hechos polvos y la espalda irreconocible. Es un pequeño sacrificio, no me preguntéis más.

     No sé explicarlo de otra manera.