Últimamente tengo sueños muy nítidos, hasta el punto despertarme creyendo que estoy metido aún en ellos. Y lo mejor de todo, es que, en ellos, no aparece ni un político, lo cual, no solamente es bueno para la salud, si no que también, ilustra la victoria de mi pasotismo ante el tema. (Vamos ganando batallas). Pero, a saber, el tema de los sueños:
El otro día, a mis compadres, los mandé a un concurso de televisión, donde ganaron dos mil euros (que traían en un sobre blanco muy arrugado, a reventar de billetes de 10), y hace un par de noches los vi, dándome las llaves de su casa para que les regara las macetas, que se iban de viaje de estudios con su hijo a Disneyland París... toda la familia.
La semana pasada, traía una compra tan grande que le pregunté a la cajera del Carrefour dónde podía alquilar un remolque. Y a Ana la habían seleccionado, en un casting, para hacer un documental sobre las playas de Málaga.
Y esta noche, sin ir más lejos, disfrutaba de mi propio éxito. Era el compositor de la melodía de un anuncio de yogures, que todo el mundo tarareaba (ríete tú de la musiquilla machacona del Mercadona: "Mercadooooona, Mercadona") pero, durante el sueño caí en la cuenta de que no recordaba haberla grabado en ningún estudio, ni haber tenido contacto con nadie acerca de eso, ... es más, era una melodía a piano... y yo no sé tocar el piano.
Finalmente, me convencí de que, efectivamente aquel sí había sido un sueño. Desperté tranquilo, un sueño claro, pero fantasioso, como todos.
Eso sí... no pude quitarme de la cabeza el soniquete de "Mercadoooona, Mercadona".
¿A qué tú, ahora, tampoco?
Tendré que volver a la valeriana. Salud para tod@s.