Pienso en una persona a la que quiero mucho, que si no fuese porque tenemos los apellidos totalmente diferentes a los míos iría por ahí paseándome diciendo que es mi hermana, porque así la siento. Porque cada alegría suya es una alegría para mí y cada lágrima que suelta es como si la llorase yo y a la que le daría mis dos riñones si los necesitara. Pienso… y recuerdo la pena con que me hablaba esta mañana, pues está viendo cómo se desmorona uno de sus mayores sueños, el de ser feliz y hacer felices a los demás. Los motivos no vienen al caso, eso es lo de menos, ella los sabe y eso es suficiente. Sólo sé que yo sí conozco lo que ese corazón guarda dentro y que otros no la han sabido descubrir. No culpo a nadie, no es mi estilo, nadie es culpable de no saber descubrir lo grande que se esconde en el interior de las personas. Lamento, eso sí, que se rían de las idioteces de cualquier payaso y sin embargo obvien la calidad (y la calidez) de los que, día a día, hacen de su vida una nueva prueba de madurez. Me da pánico imaginarme lejos de ella… y cuando digo lejos, me refiero a muy lejos. Ha sido mi apoyo durante los peores días de mi enfermedad, el abrazo que necesitaba sin ser capaz de agradecérselo, mi risa cuando de mí sólo salían las ganas de huir… y ahora, es ella la que planea la huida.
La tarde avanza rápida; siempre es rápida cuando disfrutas del tiempo para ti. Al otro lado de la cristalera, María y Sara patinan por el patio, de la mano de su pequeña amiga Ángela. Ana trabaja en el ordenador de su despachito; está terminando de enviar unos documentos y yo… aquí ante el Pc, con la voz de Adele como banda sonora y el crujido de mi teclado, al que se le encaja la “e” desde hace unos días… pero entre tecla y tecla no logro sacar de mi mente la tristeza con que ella me hablaba hoy.
No sé lo que daría por verla sonreír, entre tranquila y descontrolada, como siempre ha sido ella. Pero estoy seguro de que pasarán los días y volverá la luz a sus ojos (muy oscuros, últimamente) y se mofará de los días malos y de las heridas.