CHAOUEN, 6 (casi 7) de Febrero de 2009

Dicen que más vale tarde que nunca, ...qué gran verdad. Jamás me perdonaría no haber llegado a conocer a Carlos Chaouen. Lo más hiriente del tema es que, hace once años, llegó a mis manos un cd de cantautores a la emisora, con una marca naranja en la portada indicando a qué chaval había que promocionar. Ese chaval era Carlos. Sus dos canciones no pasaban de ser dos temas "graciosos" con el clásico estilo de cantautor, alimentado hasta las trancas por Silvio, Milanés y toda la trupe...

Anoche, once años después de aquello, tropecé en “La Botica” de Fuengirola, de nuevo con Chaouen, esta vez, en persona. Me sorprendió (y me encantó) que, de aquel niño de guitarra acústica y maneras hispanoamericanas, solo quedaba la esencia, porque ayer ví a un gran músico, más cercano al rock que a la Trova, pero escupiendo letras de poeta “perro” en cada canción. Un descubrimiento, vaya.

Qué buen rato pudimos pasar los pocos afortunados que allí nos reunimos, desde seguidores de toda su carrera hasta gente como yo, que sólo conocíamos de él su famoso “No me canso” y gracias a la Torroja, que si no… ni eso.

Noches como éstas, canciones como aquéllas, gentes así… son las que hacen darte cuenta de cuán faltos estamos de sentido común, de sentimientos, de libertad y de poesía en nuestro mundo.