Puestos a pensar…

     Una de las chicas (una de “ELLOS”) me ha pedido esta mañana un beso. En ella es algo habitual, siempre llamando la atención pero siempre con su puntito cariñoso. Tras cumplir su petición, me ha vuelto a llamar:

     - “Ponte…fetate, pincha” (Montes, aféitate. Pinchas)

     Yo le he contestado en plan flamenco que no me puedo afeitar, porque si lo hago estaría más feo aún… pero tengo que reconocer que esa no es la verdadera razón. La razón es el puto complejo.

     Quizá alguien que me lea lo entienda; hay quien nunca saca las manos de las mangas, quien se cubre la cara con el pelo, quien se cubre las orejas, quien usa gafas de sol enormes, quien no se pone sandalias… y no es por estilismo, ni por cursilería. Es más la absurda creencia de que, lo que nos cubre, nos protege. Pero, además, que nos protege de todo!!

     Después de las veces que me he afeitado, he tenido la sensación de estar desprotegido, indefenso. ¡¡Menuda chorrada, por una simple barba!! podrías pensar, pero es verdad.

     Seguramente, gente con alta autoestima no sentiría lo mismo que yo, o esos que están encantadísimos de haberse conocido. Pero no es mi caso, qué le voy a hacer. Aunque cueste creerlo, soy tímido, nada seguro de mí mismo y con la firma convicción de siempre habrá alguien que haga algo (lo que sea) mejor que yo.

     Así que, para desgracia de la sensible piel de ELLA, mi menda, por ahora no se afeita.

     Y ya llevo un día sin fumar!!

     Salud para tod@s