En ocasiones, reconozco que pocas, acudís a mí buscando la ayuda de vuestro papá; ese "hombre mayor que es muy fuerte, muy guapo y que todo lo sabe". No seré yo quien os desanime, el tiempo os hará ver que vuestro papá no era tan fuerte, ni mucho menos guapo pero, sobre todo, que no sabía tantas cosas...
No soy experto en nada, maestrillo de poco, pero nada más. Algunos títulos en marcos de Ikea que lucen fenomenales y de paso tapan las imperfecciones de la pared. Muchas hojas en un currículum que no sirven para evitar mis temblores cuando pienso en vuestro futuro y en si estaré a la altura de vuestras necesidades. ("La noche es oscura y alberga horrores")
No sé cocinar; tiendo al desorden; no dibujo ni os puedo ayudar en vuestras clases de canto ni en vuestros progresos en el baloncesto; no poseo dotes específicas en casi nada y dudo de casi todo. Tampoco entiendo de economía ni de política, y lo que yo opine no vais a conseguir sacármelo ni con chantajes con chocolate de por medio. Si algo tengo claro es que debéis ser libres, en todos los sentidos y, aún así, estoy seguro de que más de una vez os moldeo con mis ideas, sin querer, porque de verdad, no es esa mi intención.
Puedo presumir de muy poco... de poquísimo, pero tengo un par de cursos avanzados de los que me siento más que orgulloso. El primero es el de "Supervivencia" y el otro es de "Poner la cara de que no pasa nada... aunque esté pasando". Ambos los puse en práctica el día que necesité cambiar heridas por cicatrices, esas que escuecen de vez en cuando, para recordar que, aunque quede algo de piel rota, seguimos vivos.
Y soy experto en quereros, sobre todas las cosas. Sobre cualquier elemento del Universo, os quiero a vosotras. Quiero que seáis responsables, por eso os exijo; quiero veros felices, por eso me gusta que respetéis a todo el mundo; quiero que crezcáis sanas, pero no sólo en salud física, también en salud mental...
No sé si algún día valoraréis esto que os digo, imagino que esa dichosa "Ley de vida" os borrará estos instantes para llenarlos de chavalitos monos y sueños por cumplir. Y por eso, por esa misma Ley, quizá alguna vez, muy, muy lejana, os sentéis ante un papel, un ordenador o el chisme que exista en ese momento para pedir a vuestra descendencia clemencia y comprensión.
Pero más amor, no. Eso es imposible.
Salud para tod@s

Pero más amor, no. Eso es imposible.
Salud para tod@s