Sara esta noche ha llorado mucho porque se ha llevado un castigo durante la cena. Cuando la llevaba a dormir me ha pedido que le “contara una adivinanza”; le hemos explicado que ya era tarde y que por culpa de ese castigo no iba a dar tiempo de contarle adivinanzas.
Mezclando pena con sueño, Sara se ha puesto ha llorar, ya casi sin fuerzas, por todo lo llorado antes. Y entre gotita y gotita solamente decía: “Una adivinanza, solo una adivinanza”.
La Pedagogía Infantil tiene millones de autores, todos con sus criterios y todos, o casi todos, correctos. No es cuestión de leer los millones de manuales de tantos y tantos Genios de la edad infantil,… así que, al final, Sara se ha dormido. No sin antes escuchar su adivinanza…
…Ya nos castigará el Señor.
jajaja, pobre Sara... yo la entiendo... hicisteis bien! (seré madre antipedagógica)
ResponderEliminarSois unos blandos!
ResponderEliminar:P
besicos