Esa tarde he estado aquí, en La Barrosa. Desnudo sobre la arena, con los brazos abiertos abrazando la paz que tanto me falta. Sintiendo la “calma”, que además de un estado placentero, es una palabra con un sonido precioso. Allí he sentido mi cuerpo levitar sobre el océano, tranquilo, sin peso alguno, sin ruidos…
Me he llenado de luz, de calor, de brisa. He sido dueño de mi ser y me he creído alguien grande y único.
Esta tarde he estado allí, en La Barrosa, aunque La Barrosa esté a un montón de kilómetros de mi casa, pero he sido capaz de sentirme allí. Y he sido feliz. Y he sido YO.
Allí, sólo.
Con mi paz y mi calma.
... entre unos y otros me vais a matar de envidia insana...
ResponderEliminar¿ya conociste a Antonia, querido? jajaja! Me ha llamado para pedirme explicaciones! ;)