Costaba trabajo creerlo, pero lo cierto es que, tras tantos días escondidas en el fondo de mis cosas, he tenido que despertar a mis gafas de sol. Casi con timidez, me las he colocado al salir del trabajo (la falta de costumbre de este frío invierno con color a invierno de los de verdad).
La tarde era pura primavera, puro color amarillo y anaranjado, tarde de risas junto a María camino de la tienda, paseando como si fuese la primera vez que lo hacíamos. ¡¡El sol existe!! y su calorcito se agradece. Tarde de terracita, de taza de te calentito.
Pocas cosas me entusiasman de Málaga, pero esta brusquedad para saltar de estaciones, realmente, me gusta.
Esto ha sido solo un pensamiento en voz alta.
Pero el abrigo se quedó en casa.
me gusta esa luz! a ver si dura todo el fin de semana y disfrutas con las niñas del sol! (y así me pilla a mí también el buen tiempo, que el fin de semana me diluvió en tu tierra y este finde vuelvo a Fuengirola y quiero ver el mar tranquilo!!!)
ResponderEliminarComo echo en falta un día de sol y calorcito...
ResponderEliminarAntonio!! Hoy coincidimos en las entradas!! Yo también "hablé del tiempo" (suena a topicazo...)
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