El último cigarro, el de la noche, el del silencio, el de la escarcha en la barandilla de la terraza. Es el más íntimo momento. La quietud y la oscuridad acompañando el sonido frágil del papel que arde a pequeñas caladas, el placer de dejar escapar mis ideas en el humo que exhalo.
Ocultar la mano, junto a la pared, protegiendo la ceniza del viento frío. Y, despacio, pausadamente, consumir el cigarro poco a poco, sin prisa, saboreando la boquilla una y otra vez.
Es la parte sensible de un mal vicio, su lado poético; el sentir que se marcha al apagar el rescoldo final.
Mañana, dentro de un rato, volverá a salir el sol.
Hola!
ResponderEliminarGracias x la visita y la bienvenida :D:D:D
Y sí, el sol siempre vuelve a salir para iluminarnos y darnos calorcito cada día :)
besos y sonrisas de colores!!!
Te sigo,
Ce
Solamente los que fuman pueden percibir la magia del humo cuando se pierde entre un cielo oscuro...
ResponderEliminarA mi me encanta cuando reina el silencio, y dejas caer la ceniza en un cenicero con agua...