Pablito me “presentó” hace un montón de años lo que un caballero era capaz de hacer con una guitarra. No era un virtuoso, pero hacía que esa guitarra llorase. Era Gary Moore.
Esta noche ha cogido su petate, sus cables, sus pedales y demás cacharros; los ha empaquetado bien y se ha ido, para siempre. Pero canciones como estas, “Still got the blues”, quedarán para siempre.
Es toda una suerte dejar algo en tu vida que pueda ser recordado para siempre, no todo el mundo puede presumir de ello. Ciao, Gary, ciao.
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