Me estoy planteando una fecha para acabar este diario de confinamiento. Si todo marcha bien, el próximo lunes 11 de mayo lo daré por terminado y ojalá, también por olvidado. Esto ha sido demasiado trágico pese a que mucha gente haya frivolizado con el tema de la pandemia. Realmente, estar en la piscina de tu casa o en tu parcelita y mandar fotos en las que pones cosas como "no se está tan mal de pandemia" o "qué bien me ha venido este virus para descansar" me parecen de un cinismo y un egoísmo supremo, por no hablar de la falta de respeto hacia los que han sufrido en sus familias el dolor de perder a alguien por el virus.
El "Aquí, sufriendo" tiene gracia en su momento, y cuando la tiene porque por norma general sólo se ríe el gracioso. Nos gusta enseñar lo que somos y lo que poseemos ya sea un chalet de lujo o un culito respingón, lo interesante es ser visto y admirado, para quien admire eso, claro.
Soy un fulano raro, pero admiro mucho más un cerebro que me ofrezca una charla eterna y se me pase tan rápida que pareciera de diez minutos que al que me regala las vistas de su mueble bar a pie de césped. Me da rabia cómo jugamos con el tener olvidándonos al que no tiene usando la excusa de que "ya estamos otra vez con el discurso demagogo". ¡¡Vete a la mierda si para ti la demagogia es pensar que no todo el mundo tiene la misma suerte que tenemos algunos!! Es más, vete y de camino te llevas a los de tu calaña a ver si así dejo de creer que es necesario que haya pobres para que existan los ricos.
Y por esto, entre otras cosas, porque este confinamiento ha destapado más de una carta de gente que ha demostrado que la solidaridad no va con ellos y no me apetece alargar sensaciones así (paso de discutir con cualquiera y con este tipo de gente, más aún) creo que el diario este debe ir cerrándose. Afortunadamente parece que este confinamiento ha ido funcionando y el futuro más cercano se comienza a ver diferente por lo que ya no será necesario ir contando días, prefiero contar otras cosas, la verdad.
Mientras tanto, seguimos añadiendo sueños y esperanzas y, al menos yo, ando cogiendo fuerzas para que el día que pueda, estrujar de un abrazo a esos dos o tres (o cuatro o cinco) a los que tanto echo de menos.
Salud para todos.
se llama empatía y pocos la tienen... imaginate que muchos no tienen ni sentido común...
ResponderEliminarun día terminará esto, saludos
Y en unos años creo que ni siquiera recordaremos lo que ocurrió, creo... Un saludo.
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