Nervioso y expectante, como un niño ante la llegada de la carroza de algún Rey Mago; así subía hacia el lugar del encuentro. A la hora pactada, en el sitio pactado.
Nada debía salir mal, aunque en mi cabeza, desde dos días antes, hubiese espacio para cualquier imprevisto, a todas luces, impensable. La ocasión, aún siendo grande (más hermosa que grande) no requería de mucho artificio, así que con una de mis camisetas, pantalón vaquero y zapatillas deportivas, de esas que sirven para todo, menos para hacer deporte, acudía al encuentro, seguro de no destacar.
Veinte horas, casi treinta minutos del 28 de Mayo de 2009, llego al lugar. Y se produce la noticia, por boca de una chica uniformada con chaqueta y falda azul marino: “la función se ha suspendido”.
¡¡¡¡¡¡¡NOOOOOOOOO!!!!!!!. No podía ser.
Yo cumplí con mi parte del acuerdo, pero ellas, por culpa de otro tío, no estuvieron allí.
En fin, que por accidente de Antonio Molero, no había obra. Con la ilusión que me hacía ver a mis dos iconos sexuales y cinematográficos de toda la vida (Maribel Verdú y Aitana Sánchez-Gijón) a pocos metros, me quedé “con cara de portero goleao” en la puerta del teatro.
Ana, la pobre, no sabía cómo animarme, hasta está pensando en buscar alguna ciudad donde la representen para ir a verla. (Tampoco hace falta, mujer, muchas gracias de todos modos)
Y yo solo pienso una cosa: no acudieron a mi cita.
jiijiji! pobrecitoo!!! No es que te dieran plantón... es que estaban tan nerviosas porque iban a verte que se les pasó la hora... o algo...
ResponderEliminarun abrazo!
¡Que putada! Me encantan las dos.
ResponderEliminarOye... me estoy dando una vuelta por tu blog, curiosenado. ¡Esta muy bien!