Al acabar el baño, y sin saber muy bien por qué, Sara me preguntó: “Papi, ¿los ángeles existen?”
Estuve lento de reflejos. Contesté que no lo sabía, y resultó que tenía uno delante de mis propios ojos.
Muy bonito, tu angel
Ahora TÚ me cuentas
Muy bonito, tu angel
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