EL DOCTOR DON GABI

     Vengo del Reumatólogo. Me ha confirmado lo que yo ya sabía, pero tanto me cuesta reconocer: “Chato, lo tuyo es muuu jodío”. Si se me apareciera un genio, no habría deseos suficientes en la lámpara como para mejorar mi zona lumbar… ¡¡¡qué desastre!!!

     Pero, es curioso, he salido muy contento de la consulta, porque, a diferencia del anterior médico me ha indicado vida “normal”… y si me duele, se reposa un poco; pero ¡ya está bien de decir “no puedo hacer eso”!

     Es evidente que tengo prohibido coger peso, sobre todo si es “tirando de riñones”, y ciertas posturitas para las que ya no tengo edad; pero, no sé, me da la sensación de que hay algo nuevo en el ambiente… me siento mejor desde hace días y veo que mi entorno está mejorando, a la par. Y que, esta consulta de hoy habría sido catastrófica hace dos meses. Sin embargo, esta tarde ha sido un achuchoncito más hacia arriba.

     Me voy a animar, incluso, a salir a correr algunas noches a la Ciudad Deportiva, cosa que no hago desde Marzo de 2007. En esa fecha, por poco voy encargando una sillita para salir a la calle. Hoy es diferente. Sigo igual de defectuoso, igual de lisiado, pero es diferente.

     Gracias Gabi por este rato tan bueno, para mi espalda y para mi coco. Gracias por ser tan buen profesional y por tratar a los pacientes con esa humildad y esa humanidad. Gracias por ser tan generoso.

Sé que esta entrada no roza la lírica ni de lejos, pero es que no lo pretendía. Sin embargo, quienes estáis cerca de mí, día a día, seguramente entendáis que esta entrada es, para mí, una de las mejores rimas que haya hecho, o una de esas canciones que luego te sientes orgulloso al escuchar, o una de esas fotos que no paras de enseñar a la gente porque la ves inmejorable.

Siento que las cosas me están cambiando. Ya iba siendo hora…