Llevo unas cuantas horas de “excedencia-vacaciones” y ya tengo la impresión de haberme quitado un peso enorme de encima. Estos, casi, dos años últimos, han sido, para mí, igual que rodar por una pendiente en picado; pero los últimos cinco meses han sido un auténtico desastre (tirando a caos). Creo que no he dado una a derechas, ni en lo que hacía, ni en lo que decía… estaba totalmente descontrolado, ido, fuera de mí.
Pero de todo se sale, al menos, esa es la lección que me ha dado la vida y la que me hace ver el futuro de una manera completamente diferente a como la hacía “ayer”. No tengo que justificarme ante nadie, ni voy a rendirle cuentas a los demás de mis actos, eso ya pasó. Ahora vivo para mí, y si eso se define como “egoísmo”, debo decir que el egoísmo me ha llegado con 37 años de retraso.
De modo que el camino del respiro ya lleva unas horas en marcha. Me iré “lejos de las leyes de los hombres” para olvidarme, incluso, de que hubo un día en que creí que nunca más volvería a ser feliz. El que me quiera buscar, sabrá dónde encontrarme; el que ya no me necesite… en fin.
No pido riquezas, ni esperanzas, ni amor, ni un amigo que me comprenda; todo lo que pido es el cielo sobre mí y un camino a mis pies. (Robert Louis Stevenson)
Lo dicho. Salud para tod@s.
Necesitamos ser egoistas y aunque decidamos serlo, por los demás olvidamos la decisión elegida. Pero siempre, siempre, con nuestro propio camino a nuestros pies.
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