La vida es como una película, con sus personajes, sus decorados y sus tramas. Yo, en estos días, me siento un personaje confuso, un actor secundario que no tiene muy claro cómo va a avanzar su propia historia. Cada día amanece un nuevo argumento, que suele ir variando según avanza el sol entre las nubes y que, al llegar la noche, es un guión emborronado de dudas.
Descolocado, voy camino de la cama esta noche, buscando el sueño esquivo, que se está haciendo difícil de cazar.
Mañana será otro día, al menos, eso es lo que siempre decía mi madre.
Siempre hay otro día. Mi abuela decía que la almohada es el remedio para el peor mal. Cuando uno pone su cabeza en ella, al otro día el mismo problema, asunto o situación, se ve distinto.
ResponderEliminarQue sepas que te envío un abrazo caribeño lleno de ánimos.
Me ha hecho mucha ilusión que me hayas visitado.
No te imaginas la de veces que paso por "este rincón" y me "alimento".
Abrazos
Yo también busco guionista... cuánta razón...
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