Mi cita con la psicóloga era a las seis, pero llegué unos minutos antes y comenzamos pronto la sesión. Tras hablar un rato (muy cortito) se produjo un silencio que siguió con:
- Creo que no necesitas volver, salvo que te notes raro o sientas que empiezas a caer de nuevo.
- Lo siento, Sara, no tengo la más mínima intención de volver por aquí, a no ser que nos tomemos un café ahí, en la cafetería de abajo.
- Definitivamente... no vengas más.
Este diálogo ficticio es el resumen real de la sesión de esta tarde. Sara, mi superpsicóloga ya ha comenzado a ser historia y, ahora, solo falta que busque las palabras correctas para poder escribir un buen final. Creo que estoy esbozando ya los últimos capítulos.
Salud para tod@s
A tí te sobran palabras, sólo tienes que ponerte a escribirlas. Salud para tí tambien.
ResponderEliminarTe dejo un beso Antonio.
Enhorabuena, a mi aún no me ha dado el alta...
ResponderEliminarBesicos
VOLVO,las palabras iran llegando, por ahora tengo las ideas, que ya es bastante. Cuidate.
ResponderEliminarBELEN, de todo se sale, guapa. Yo pensaba que jamas volvería a sonreir, y ahora me descojono de la vida. Ánimo, ya veras como pronto hablas.de todo esto en pasado. Un beso.
No olvides escribir en el último capitulo la palabra FIN.
ResponderEliminarMe alegrará leerla.