Ayer fue el cumpleaños de una persona a la que quise mucho. Se llama María José, Marijó, para los amigos; y fue, si la memoria no da síntomas de demasiada vejez, allá por el verano del 91, cuando la conocí.
Ella venía de Las Palmas, a visitar a su familia. Su prima era de mi grupo de conocidos, de modo que estaba siempre con nosotros. Desde el minuto uno la unión fue perfecta, tan perfecta como puede ser la relación de chico-chica que no buscan más que, eso: ser amigos. Nos reíamos por cualquier cosa, a mí me encantaba escuchar su acento y ella se partía con mis tonterías.
Fue un verano bonito, del que me quedó, como recuerdo, un pendiente que coloqué en una cruz de madera que yo llevaba al cuello, por aquel entonces, y la esperanza de que, pasado el frío, Marijó volviese por Málaga, para continuar las risas que dejamos a medias. Desde entonces, cientos de cartas iban y venían; las suyas comenzaban con un "Hola, mi niño", las mías con un "Heeeeeyyyyyyy"...
Ayer le mandé un mail a una dirección que, ni siquiera, sé si es la suya. Su dirección postal, la cual aún puedo lanzar de carrerilla, con todos sus datos, debe ser ya, la de sus padres... y allí no voy a enviar ninguna carta. Ni siquiera tengo su número de teléfono para saber cómo le va. Sólo sé que estudió Medicina y que le iba muy bien. Creo que tuvo algún noviete, pero poco más...
Y es que, es curioso, pero cada año, al llegar esta fecha, tengo la sensación de que he perdido a alguien importante, a una amiga en potencia. Cierto es que no teníamos demasiadas cosas en común, pero me encantaría poder contarle cuántas movidas han pasado por aquí, que conociera a mis hijas, que supiera que, después de un montón de años, volví a cantar en un escenario... durante dos horas!!!, que vuelvo a sentirme feliz, y que ya sonrío, de vez en cuando.
"Si algún paso de cebra la encuentras,
dile que le he escrito un blues..." (J. Sabina)
dile que le he escrito un blues..." (J. Sabina)
Hoy también es el cumple de alguien que fue especial para mí... pero mira, tan lejos, acordándonos de ellos. Eso ya está bien, no? Es mucho!
ResponderEliminarUn abrazo.
El "que ya sonrío, de vez en cuando" a ver si lo vamos cambiando por casi siempre.
ResponderEliminar¡Diviertete! Que llegan una fechas muy entretenidas, nada de estar en casa.
que importante es conservar a los amigos en un rincón del corazón, así cuando los echas en falta y no puedes hablar con ellos, miras hacia el interior y allí quedan los buenos recuerdo....ainsssss, cuantos amigos dejamos en el camino, se alejan y desaparecen....en fin....muxusssssss
ResponderEliminarHola antes que nada gracias por tu comentario tocante a mi depresión lo tomare en cuenta muy pronto daré ese gran paso y te lo hare saber gracias por darme esas palabras de ánimo. Mientras tanto te informo que voy siguiendo mi tratamiento sobre mi peso en esa cuestión me puse las pilas estoy comiendo mas y realizo ejercicio con asesoramiento de mi nutrióloga para no gastar de mas mi masa muscular. Tocante a esta publicación que razón tienes hay amigos que se van quedando en el pasado, pero no del todo pues siempre estarán en el corazón, muchos recuerdos, muchas risas y tristezas compartimos con ellos es por eso que nunca se olvidan, siempre se llevaran en el alma que lindo es recordarles y gritar al viento estas palabras donde estés deseo que te encuentres bien y que seas muy feliz. Bueno como siempre te envió un gran abrazo desde mi México lindo y hasta la próxima.
ResponderEliminarCQM, BUBO, ANIKA y TERE. Muchas gracias, de corazón, por compartir este momento. Por cierto, Bubo, se va sonriendo, cada vez más!! :)
ResponderEliminarJooooder (se permiten "palabrotas" no?), Marijó, pues si señor, que buena gente que era, y eso que yo solo la vi en dos o tres ocasiones de ese verano, alli por La Cizaña, que como un centro de encuentro.
ResponderEliminar¿Te acuerdas de aquello de "pegarte la mosca"? Que gracia me hacía.