No es solo el cielo el que manda aguaceros sin parar; las noticias también continúan con su avalancha de sucesos, a los que ahora llaman “violencia de género”…
No voy a entrar en la manida frase de “hay que ser muy cobarde para pegarle a una mujer…”, no voy por ahí. Pienso que no es cuestión de cobardía, sino, más bien, de que son personas que le habrían hecho un bien enorme a la sociedad si hubiesen muerto durante el parto, por ejemplo; o sencillamente se equivocasen, y en lugar de matar a su mujer y suicidarse después, invirtiesen el orden. Pero entonces serían inteligentes, y si hay algún factor común entre los hijos de puta es la falta de inteligencia.
Conocí a un chico, bastante más sensato de lo que podría aparentar, que, cada vez que salía una noticia de este tipo comentaba: “qué mal repartido están los cánceres”. Y cuánta razón.
Prometo no dedicar una sola entrada más a estos monstruos que creen que un matrimonio es un contrato de posesión eterna y que la mujer se debe someter a lo que el hombre diga o pagará las consecuencias.
A esta mierda, a este verdadero cáncer, ni una sola entrada mas, ni un solo consentimiento más.
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