Existe un lugar en esta ciudad donde el tiempo pasa a alta velocidad y la noción del espacio se pierde con relativa facilidad. Un lugar donde todo está señalizado, aunque con nombres difíciles de pronunciar e imposibles de recordar… vamos… que esta mañana he estado en IKEA.
Es curioso, que entrase a devolver una alfombra y saliese con un apagador de velas y una vela con olor a fresas… cómo lo hacen??. Hay momentos en lo que es inhumano pasar por esos caminos marcados con flechas, sobre todo cuando tropiezas con la típica señora que va en sentido contrario, completamente despistada y empujando dos carritos amarillos con sus respectivas bolsas cargadas de regaderas, toallas, cojines, vasos y lámparas…
Es también alucinante lo “barato” que es el restaurante… porque desayunar por un Euro un café y un bocadillo con aceite y jamón serrano más que una oferta es un espejismo en mitad del desierto. Desde luego, la “alta cocina” de IKEA no saldrá nunca en la Guía Michelín, pero está siempre lleno de gente!!! Son unos genios estos de IKEA. ¡¡¡¡¡Son capaces de tener las tiendas llenas, para vender muebles de kit y croquetas suecas!!!!! ¿¿No podrían darles un Ministerio en este bendito país??, seguro que lo arreglaban, se acabaría la crisis, el paro, la crispación… hasta el follón de los toros tendría solución en manos de esta gente. ¿Os imagináis los capotes y las muletas con las telas de IKEA?.
Lo malo sería que al INEM lo llamarían Spröng; a Hacienda le dirían Argpilt ó Redömm; los ministros llevarían la cartera modelo Fsûfgolt, por ejemplo…
Con el trabajito que nos costó acostumbrarnos al Euro… ¿cómo íbamos a acostumbrarnos a hablar en “IKEO”???
noooooooooooooo!! no me lo recuerdes!!! jajaja, me estoy desintoxicando!
ResponderEliminarLa pena es que no coincidimos alli para haber disfrutado de ese desayuno mediterraneo contigo, que es doblemente bueno, primero por su precio, pero sobre todo por su nombre "Mediterraneo", muy nuestro y facil de pedir porque es lo unico que no esta en "IKEO".
ResponderEliminarEscuché una vez a un monologuista decir algo así como que tenía un amigo que trabajaba en IKEA. Y hacía el monoliguista esta reflexión:
ResponderEliminar- "Si voy a IKEA y yo elijo mi mis muebles, yo los busco en el almacén, yo los cargo hasta la caja, yo los transporto hasta mi casa y yo me los monto... ¡qué carajo, en IKEA trabajo yo!"
Si algo han conseguido estos suecos es que vaya donde vaya, me sienta como en mi propia casa. Mismos muebles, mismas pijaditas de adorno...
Los suecos tienen la capacidad de metérnosla doblada y hacernos sonreír. Y si no, ¿qué pasa con Abba, Roxette y los teléfonos NOKIA?
Un saludo. Sigo enganchado a este blog.
AIRE, me preguntaron por ti al pasar por caja...
ResponderEliminarCAPITÁN, entre tú y yo, conociéndonos, hbríamos puesto 20 Euros de fondo cumún pa desayunarnos el mediterráneo entero, sin problemas de idioma!!
KACHO, un placer y un honor tenerte en este blog, que es también tuyo. No te pierdas.
Siempre me ha parecido curioso cómo habla la gente de IKEA... señalización por aquí, flecha por allá. Algún día iré y comprobaré cómo es aquello
ResponderEliminarLeyendo este post he recordado mi aventura y la de mis compañeros de piso cuando fuimos a comprar: la vajilla, las sartenes, cubos de basura... Salimos con dos maletas gigantes cargadas de cosas. Todo el mundo nos miraba muy raro en el metro de Madrid.
ResponderEliminarUn cordial saludo Feo Montes.
RIZO, tampoco es para tanto, lo q pasa es q nos han metido enn el coco eso de "ir s IKEA", aunque esté a tres horas de coche... pero la gente va, y sale, pues eso, cargado de cosas que no necesita.
ResponderEliminar¿Verdad DANIEL? Cuando llegas a casa te das cuenta de que no tienes donde ponerlo o, simplemente, no le vas a dar uso... pero mola el tema IKEO. Bienvenido a tu blog.