Poco tengo que contar de la jornada de ayer, jueves.Un extraño sopor se quiso quedar conmigo todo el día y me tuvo durmiendo mañana y tarde con el consiguiente trastorno de cabeza, eso sí, me dejó el cuerpo la mar de a gusto. Tengo las tareas del cole hechas, las de la casa, también, ya es repulir sobre repulido y tampoco soy yo Don Limpio como para exigirme gastar una fregona semanal.
Pero es que esto es así, igual que hay días intensos como para escribir seis blogs como este, como también hay días que pasan casi sin darse cuenta y casi sin pasar nada. Son como esos capítulos de relleno de Breaking Bad, el de la mosca, por ejemplo. Está en la serie y uno lo ve de principio a fin con máxima atención y cuando la serie termina te das cuenta de que, si te hubieras saltado ese episodio, no habría pasado nada. Tal cual el confinamiento.
Pero eso es mi casa, fuera de ella, donde parece que el clima va cambiando ocurren muchas cosas a mucha gente, se sigue necesitando ayuda, debemos seguir en casa por mucho que haya quien piense que esto es un secuestro de algunos políticos (que le pregunten a los sanitarios de primera linea si es o no necesario el confinamiento) para evitar que este desastre vaya a más, tanto en lo humanitario como en lo social, que ahora se ve que no estaban tan distantes.
Los días pasan y eso significa que, a la fuerza, quedan menos para volver a vernos.
Salud para todos.
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